EL TRATADO DE TORDESILLAS
En la villa de Tordesillas, el 7 junio de
1494, se firman un tratado
de Tordesillas.
El Tratado
de Tordesillas divide el océano Atlántico por medio del trazo
de una línea de polo norte a polo sur, 370 leguas al oeste de las islas de Cabo
Verde, dejando el hemisferio oriental para la Corona de Portugal y el
hemisferio occidental para la Corona de Castilla.
Los Reyes Católicos y el rey Juan II de
Portugal se ponen de acuerdo sobre qué conquistas podrán realizar.
Este tratado de fraccionamiento del océano
representa la gran novedad porque se establece una frontera que divide tanto el
mar como la tierra, suponiendo además una nueva concepción de dividir los
territorios que va a determinar la actual configuración de América del Sur.
Este mismo día, y también en Tordesillas,
ambas potencias firman otro tratado que resuelve todos los discusiones que
desde tiempo atrás vienen manteniendo ambos reinos acerca de los espacios e
intereses africanos, complementando el tratado
oceánico.
oceánico.
En el tratado africano, portugueses y
castellanos dividen el reino de Fez para futuras conquistas y regulan los
derechos de pesca y navegación por las costa atlántica africana, los
castellanos se quedan con los territorios de Melilla y Cazaza y los territorios
desde Bojador hasta el Río de Oro.
El pacto africano tendrá para Castilla un valor extraordinario ya que hacía apenas dos años que los Reyes Católicos habían concluido la Reconquista, con la anexión de Granda y ese acuerdo con Portugal, delimitaba la zona de futura conquista y expansión del cristianismo hispano frente al Islam en el norte de África, objetivo prioritario de la monarquía española.
El pacto africano tendrá para Castilla un valor extraordinario ya que hacía apenas dos años que los Reyes Católicos habían concluido la Reconquista, con la anexión de Granda y ese acuerdo con Portugal, delimitaba la zona de futura conquista y expansión del cristianismo hispano frente al Islam en el norte de África, objetivo prioritario de la monarquía española.
El acto final de las negociaciones se llevó a
cabo sin la presencia de los reyes, los cuales habían delegado sus poderes en
unos procuradores.
Aunque los acuerdos firmados el día 7 de
junio eran firmes porque los procuradores tenían plenos poderes, ambas partes
decidieron darse un plazo prudencial para que fuesen ratificados por sus
respectivos monarcas: 50 días para el Tratado Africano y 100 días para el
Tratado Oceánico, ya que se hacía necesaria una espera para saber lo que
hubieran descubierto hasta el 20 de junio los navíos castellanos que navegan
por el Atlántico.
Los Reyes Católicos ratifican el Tratado de Tordesillas
en Arévalo y Juan II en Setúbal.
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